SUBTE A PALERMO

POR VAN COMMISSO, AUXILIAR DE LA LÍNEA E Y SEBASTIÁN CIRONE, PEÓN DE LA LÍNEA C.

El lunes pasado en el barrio de Palermo y a plena luz del día, seis varones abusaron y violaron a una mujer adentro de un auto.

Una de los primeros pensamientos qué se nos vino a la mente, y seguramente a muches, fue: ¿En Palermo?, ¿en la vía pública?, ¿y de día?

Se nos podrían haber ocurrido miles de cosas antes para preguntarnos, pero no. ¿Cuántas veces tendemos a naturalizar los hechos con estas primeras preguntas? En este caso aparecen esos primeros pensamientos porque se cree que estas cosas suceden de noche, a oscuras, en un lugar oculto, hostil, precario, pobre, etc.

Por eso, muchas veces también creemos que los que lo llevan a cabo son enfermos, que son una manada de animales, bestias, analfabetos, locos.

Luego reflexionamos con nosotros mismos y con otres y nos damos cuenta que esto no es así. Son varones como vos, como nosotros, como cualquiera de quienes nos rodean. Puede ser un familiar, un amigo, un papá del colegio de tu hije, un compañero de trabajo.

¿Me vas a decir que nunca escuchaste que algún compañero del subte se haya “pasado” con una compañera?, ¿En serio nos vamos a seguir haciendo los boludos? ¡Claro! Pero, “pasarse”, no es violarla, ¿no? Porque para nosotros tocar el culo de una mujer sin permiso, apoyarla desde atrás, abrazarla de la cintura, pararse en la puerta del cuarto para que no salga sin que te toque, eso no es violar.

¿Cuáles son los criterios que se manejan entre varones? ¿Nunca pensaste que todo esto tiene que ver con derechos que el sistema machista generó y genera para que los varones los lleven adelante? ¿Vos sabés lo que es sentirse violada? ¿Pensás que violar sólo es penetrar?

Muchas veces se nos juega un problema interno en las mentes de los varones Cis Heterosexuales, porque negamos el poder que tenemos en esta sociedad patriarcal. En varias ocasiones, ese poder no lo buscamos, nos lo dan, nos obligan a ejercerlo. Nos dicen: “cómele la boca”, se hace la histérica, pero apurala un poco y vas a ver qué le gusta, si se puso esa pollera es porque le gusta que la miren. Dale, tócale el culo, no seas puto, etc. Paro acá porque si escribo todo lo que escuche en mi vida desde chico no termino más y van a dejar de leer.

Estación ESI.

Esto se nos enseña desde muy temprana edad. En casa, en el barrio, en el club, en la escuela, diciéndonos a lo que podemos jugar y a lo que no, que color de ropa debemos ponernos, etc.

Por eso, es muy importante que pensemos las infancias, los roles que tenemos les adultes en esas edades tempranas, qué nos sucede a los varones con las demostraciones de cariño hacia nuestres hijes, ¿Por qué criamos desde ese tener que ser fuertes y no amorosos?

Incluso hasta nos lleva a pensar los roles de cuidados, ¿Los ejercemos? ¿Nos repartimos las tareas del hogar y de la crianza? ¿O solo decimos, “yo la ayudo”? Y justamente este es un tema que también este fin de semana se mencionó.

El presidente, Alberto Fernández, anunció que enviará un proyecto de ley para ampliar los días por maternidad, paternidad y adopción. Hoy los varones tenemos 72 hs para estar en todo lo que requiere el nacimiento de nuestres hijes, ¿Realmente pensamos que esto alcanza? Y si lo pensamos así es porque damos por sentado que las tareas de cuidados recaen solo en nuestras compañeras, sin que ellas puedan realizar su vida con plenitud y libertad.

Obras en deconstrucción.

Hacerse cargo de los actos de machismos cotidianos, identificar las acciones patriarcales que nos rodean y suceden, no significa que debemos martillarnos los dedos ni nada de eso. Sino que paremos la pelota, pensemos y escuchemos a las mujeres cercanas, familiares, amigas, compañeras y a otras identidades sexuales. Hablemos con ellas y elles y compartamos lo que sentimos. Busquemos y generemos herramientas para hablar con los demás varones y eduquemos desde el amor a nuestros hijes, sobrines y niñes que nos rodean. Nadie es más puto o menos puto porque habla y actúa con cariño.

Y nadie es más macho o menos macho si una mina no quiere estar con él.

Todas estas preguntas, dudas, inseguridades y reflexiones van a seguir apareciendo entre nosotros, se hacen eco de los pasillos subterráneos y de los lugares cotidianos de los que somos parte.

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