ORGULLO Y REVUELTA
POR GISELA COMMISSO. AUXILIAR DE LÍNEA E. MILITANTE DE LA SECRETARÍA DE GÉNERO DE AGTSyP Y DEL ÁREA DE DIVERSIDAD SEXUAL Y DISIDENCIAS DE CTA-T.
Hace 52 años, en un bar de Stonewall (Nueva York) frecuentado por la comunidad LGBTIQ+, tuvo lugar la llamada «Revuelta de Stonewall». Esa noche del 28 de junio mientras todes estaban bailando, se prendieron las luces de repente: la policía estaba comenzando una represión, como comunmente solía hacer en esos espacios.
Pero esta vez no sería lo mismo. Mientras la policía de Nueva York, armada, arrestaba a las drag queens, les presentes pusieron el cuerpo y se generó una resistencia de manera espontánea. «No teníamos nada que perder» dijo Sylvia Rivera -símbolo de la revuelta- un tiempo después de lo sucedido.
La revuelta duró tres días y fue uno de los desencadenantes hacía la pelea por los derechos LGBTIQ+. Al año siguiente de los hechos, se dio la primera Marcha del Orgullo en la historia.
NUESTRO ORGULLO, NUESTRA REVUELTA
Desde el 2016, en nuestro país se lleva adelante cada 28 de junio, la marcha contra los travesticidios y transfemicidios.
La población travesti trans se encuentra en situación de vulnerabilidad, sometides a violencias cotidianas, sin acceso a la salud ni a trabajos formales, y con una expectativa de vida promedio que no supera los 35 años de edad.
Sin embargo y gracias a la lucha, seguimos consquistando derechos, por eso estos días nos encuentran con el Cupo e Inclusión laboral travesti trans en nuestras manos, una Ley que lleva el nombre de Lohana Berkins y Diana Sacayán. Esta Ley significa el comienzo de una reparación histórica hacia la vida de cada compañere, el comienzo de una vida digna.
Seguiremos luchando, avanzando desde la construcción colectiva, para que todes estemos y habitemos todos los espacios que nos fueron negados, para que nuestros mundos y modos de vivir, desear y de ser quepan en este mundo.
