ARTE SUBTERRÁNEO: GUIDO RODRÍGUEZ

DE NUESTRA REDACCIÓN.

Con la entrevista a Guido Rodríguez, conductor de la línea D, continuamos el recorrido por las ideas, métodos y técnicas de los artistas plásticos que trabajan en el subte de Buenos Aires y  destacan por su talento y sensibilidad.

-¿Cuándo y cómo empezaste a dibujar? Fuiste autodidacta, tomaste clases o ambas cosas?

La caricatura surge de las horas de ocio que se genera a través de la reducción de jornada laboral, las 6 horas generó en muchos compañeros nuevas inquietudes.
En mí caso, comencé con buscar “parecidos” con un bolígrafo atrás de los Subte Pass usados. Me divertía y entretenía mucho, ocupaba mucho tiempo. Con el correr de los días comencé también a ver trabajos de dibujantes en internet, mucho sobre dibujantes que llegué a admirar de la revista Humor.
Mí mujer me vio entusiasta y averiguó sobre un taller de dibujo y caricatura cercano y ahí fue que me anoté y tomé clases algunos años con Andrés Álvez, que trabajaba para publicaciones del exterior y también para la revista de Susana Giménez, el suplemento deportivo de Página 12, Caras y Caretas, entre otros. Fue así que comenzó a enseñarme sobre varias técnicas, de las cuales adopté las tintas y acrílicos.

-¿Qué técnicas utilizas en tus obras? Tenés referentes u otros artistas que te sirven de inspiración?

Comencé a ver otros artistas, que de alguna manera fueron fuente de inspiración y también de una profunda admiración.
Por citar algunos, me quedo con el artista alemán Sebastian Kruger que asombra con una técnica súper realista o  el dibujante venezolano Jota Leal, quien realiza caricaturas que se destacan por el surrealismo. Dos corrientes que ocupan 2 veredas contrapuestas, si se quiere, pero que se aprecia y disfruta por igual. Extraordinarios ambos.

-¿Cómo combinás en el día a día el hecho de ser un trabajador del subte con ser un artista gráfico?

Por el momento y por razones diversas estoy alejado del lápiz y el papel, pero en otros momentos la noche supo ser el mejor momento para hacer trazos y garabatos. Siempre buscando perfeccionar un poquito más al personaje desde el vuelo fugaz que hacían las musas durante el día. Es así, por la mañana imaginaba lo que podía llegar a hacer y por la noche intentaba plasmar sobre el papel aquello que iba “planeado”.

-¿Te ha servido de inspiración en algún momento el mundo subterráneo para la producción de tus obras?

El mundo subterráneo es eso, un mundo. Desde la caricatura en particular, hay cientos de candidatos para esbozar y dar vida a través de la ilustración. Cada uno es un personaje muy valioso que encierra una personalidad, es decir que se requiere de sensibilidad para captar los rasgos que representan a cada uno de ellos, no sólo del parecido dentro de la deformación que requiere el trabajo.
También existe el ambiente, la geografía, el mundo subterráneo propiamente dicho, que se despega de los personajes, que tiene que ver con cierto clima que se respira dentro del confinamiento.
Tuve la oportunidad de graficar en un cuento, La amante de Simón, algo de todo eso. Una obra literaria de ciencia ficción descripta con maestría por un compañero de la Línea D (Claudio Méndez, quien firmó con el pseudónimo de Melquiades) que hace un repaso histórico que va desde la construcción a cielo abierto de la Línea A hasta nuestros días, pasando por un tiempo muerto dónde se desarrolla la historia principal.