TRABAJADORES SUECOS ENFRENTAN A ELON MUSK Y PARAN POR EL CONVENIO COLECTIVO

POR SANTIAGO LECUINA, DELEGADO, PEÓN DE LA LÍNEA A.

Desde el 27 de octubre del año pasado los 127 trabajadores de talleres Tesla en Suecia se encuentran de huelga. El conflicto radica en la negativa de la empresa que pertenece al magnate Elon Musk de aceptar el convenio colectivo. En Suecia, nueve de cada diez trabajadores están bajo convenio. Es parte del modelo laboral del país nórdico y del resto de los países escandinavos. El sindicato que agrupa a los mecánicos de Tesla, IF Metall, logró la solidaridad de otros trabajadores locales e internacionales. Sindicatos de Dinamarca, Noruega y Finlandia están en huelga por solidaridad. La caída en las ventas de los automóviles de la marca estadounidense es una de las consecuencias del largo conflicto.

Convenio colectivo. Un conquista del siglo XX necesaria en el siglo XXI

Una mirada superficial puede considerar que la transición hacia vehículos eléctricos, propia del siglo XXI, encontró en Escandinavia un escollo del siglo XX. Sin embargo, lo que los trabajadores y los sindicatos quieren evitar es volver al siglo XIX. Cuando no había una legislación que regulaba la jornada laboral y los salarios. Las luchas obreras fueron el puntapié para que, entrado el siglo XX, las legislaciones contemplen un abanico de derechos. La llamada transición verde (o cualquier versión de progreso) no debe suponer dejar en el camino derechos históricos. Hace poco en Estados Unidos, durante el largo conflicto del sindicato automotriz UAW contra las empresas del sector, sucedió algo parecido. Una de las exigencias del sindicato fue que las nuevas plantas de baterías eléctricas tengan bajo contrato a sus operarios. Lo que el UAW denominó una “transición justa”. Es decir, una transición que contemple justicia social. De igual manera en Suecia los empleados están de paro en los talleres Tesla porque esta se niega a aceptar las reglas de juego que supone un acierto colectivo.

Gracias a esta negociación colectiva los trabajadores suecos tienen garantizadas estabilidad, salario y condiciones laborales. Se trata de una regulación en la asimétrica relación capital-trabajo que está contemplada en la constitución sueca. Una vez que sindicatos y patronales llegan a un acuerdo en el convenio colectivo, se garantiza la paz social. Eso hace que las huelgas sean muy poco frecuentes. Y cuando sucede, es extensa porque lo que está en juego es un modelo que los trabajadores quieren resguardar. Esto también explica la solidaridad nacional e internacional. El sindicato que agrupa a los operarios de Tesla es IF Metall, que con 300.000 afiliados es el sindicato industrial sueco más importante. Además, se sumaron, al menos, otros nueve. Los últimos fueron los recolectores de basura, que no sacan la basura de las instalaciones de Tesla. También se subieron a la medida los carteros. Esto implicó que no lleguen nuevas matrículas, que en Suecia solo se entregan por correo.

El resto de los países escandinavos, paulatinamente, se fueron sumando a medidas de acción directa contra Tesla y en defensa del modelo laboral. El mayor sindicato de Dinamarca, la Federación Unida de Dinamarca conocida como 3F, que incluye camioneros y portuarios no está transportando vehículos Tesla al mercado sueco. Al igual que Suecia, en Dinamarca los convenios colectivos son una marca registrada. El 80% de la fuerza laboral danesa está regida bajo esta norma, garantizando un piso de salarios y condiciones de trabajo. Por su parte, Fellesforbundet, el sindicato más grande del sector privado de Noruega se sumó en solidaridad. En la organización noruega están representados trabajadores de reparación de automóviles, que no hacen sus tareas en la marca estadounidense. Finalmente, el Sindicato de Trabajadores de Finlandia, AKT, también decidió su apoyo. Los vehículos o componentes Tesla destinados a los mercados suecos no son cargados por los portuarios finlandeses.

Caen las ventas, ¿alumbra una salida?

La intransigencia de Elon Musk, que a poco de iniciado el conflicto expresó en X, la red social de la que es dueño, que el paro en Suecia era “una locura”, estancó las negociaciones. Pareciera que lo que está en juego es algo más que los costos que pueden generar las exigencias del sindicato. El modelo laboral nórdico con sus convenios colectivos es una novedad desagradable para el desregulado modelo laboral estadounidense. La casa matriz de Tesla está en Texas, Estados Unidos. Siguiendo este razonamiento, parece estar en pugna un tipo de relación laboral.

Desde que comenzó el conflicto, Tesla sobrevivió transportando desde Alemania y por tierra los vehículos. Los camiones, a combustión, cargan autos eléctricos miles de kilómetros disparando los costos. A su vez, con nuevas contrataciones realizan el trabajo en los talleres. De esta manera, la firma mantuvo su postura inflexible. Lo que no pudo mantener es la pole position en el mercado. Del primer puesto descendió al tercero. Como informó ElDiarioar: “Ya sea por las dificultades derivadas de los bloqueos o por cierto boicot comercial de los consumidores, el Model Y de Tesla pasó de ser el coche más vendido en Suecia hasta octubre con mucha diferencia sobre el segundo a caer al tercer puesto desde entonces. La caída de noviembre y diciembre (que se mantuvo en enero) no impidió que el Model Y fuera el coche más vendido de Suecia de 2023″.

Esta caída en las ventas, que empieza a afectar las finanzas y el reconocimiento internacional, pude hacer que las negociaciones encuentren un cauce. Que se establezca una mesa de negociación donde se pueda ablandar la rigidez de los que no aceptan una regulación a su poderío.

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