PELUCA TELEFÓNICA

POR JULIA CITTÁ, DOCENTE.

En este verano caliente -y no solo por el calor- me hackearon el WhatsApp. Intenté, sin éxito, recuperarlo. Finalmente tuve que cambiar la línea telefónica de mi celular.

En los diez días que transcurrieron entre el hackeo y la adquisición de la nueva línea, me di cuenta de que nadie usa otra forma de comunicación que no sea por medio de esa aplicación. Durante ese aislamiento, publiqué, en una de mis redes sociales, una foto con un antiguo teléfono de línea para describir que añoraba aquellos tiempos. En un comentario sobre mi posteo, un amigo me recomendó leer el libro: ¿Hola? Un réquiem para el teléfono de Martín Kohan.

Fui a comprarlo. A partir de ahí me sumergí en una lectura que describe cómo era aquella época donde el teléfono era la única forma que teníamos para hablar con otres. ¿Hola? Un réquiem para el teléfono, publicado por Ediciones Godot en el 2022, es un ensayo o una posible arqueología del teléfono, aunque les lectores pueden catalogarlo como prefieran, inclusive para les millennials sería un relato de la prehistoria. Kohan se sitúa desde un presente para mirar hacia atrás, a un pasado más bien cercano pero completamente obsoleto.

Pasando por Barthes y Benjamin  hasta Tangalanga y la diva de los teléfonos, el texto no deja de ser una alusión a la memoria de quienes hemos vivido el auge de ese aparato, hoy caído en desuso. Esa vida cotidiana, donde el teléfono jugaba un rol protagónico, está muy bien caracterizada por el autor tanto en los hechos que relata cómo es su cronología temporal, porque los avances tecnológicos como la aparición del contestador automático, el inalámbrico y la llamada en espera, modificaron cierta dinámica al interior de los hogares. Ni hablar de las guías telefónicas que nadie sabía muy bien dónde guardarlas.

Es un libro breve y de lectura rápida. Conformado por apartados, en los cuales se mencionan hitos históricos de nuestro país, como la privatización de Entel, también se despliega un amplio abanico de cuentos, novelas y películas cuyos autores han colocado al teléfono casi como único protagonista. Pero sobre todo nos invita a pensar sobre las formas actuales de comunicación que hoy solo se dan a través del celular. Lo que nos quedó de legado del teléfono de línea es solamente el ¿Hola? para iniciar cualquier conversación.

Volviendo a mis días de aislamiento comunicacional, pude comprobar que los celulares “cada vez más son otra cosa además de ser un teléfono” (80), que sin la aplicación de WhatsApp hoy pierde gran parte de su función y hasta podría decir que se convierte en un objeto de contemplación.

Más de una vez, mirando el celular, canté el tema “0303456” de Raffaella Carrá (a la que también menciona Kohan), pero esa ya es para otra historia.  

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *