PAPEL PRENSA: A 45 AÑOS DEL ROBO DEL SIGLO
POR FEDERICO GELLER
Hace una semana se cumplieron 45 años de la venta trucha de Papel Prensa. Fue el 2 de noviembre de 1976 en las oficinas del Diario La Nación. En el 2016, en el 40º aniversario, trabajadorxs, convocados por HIJOS, le hicieron entrega a Magnetto del “Premio Vil”, una lapicera de dos metros que contenía la frase célebre que el empresario le dijo a Lidia Papaleo: “Firme o le costará la vida, la suya y la de su hija”.
Los compradores de Papel Prensa eran Clarín, La Nación y La Razón, tres diarios que venían funcionando como un Ministerio de propaganda de la Dictadura, a la cual ayudaron a tomar el poder y a la cual aplaudieron desde el día cero.
Los tres diarios veían con muy buenos ojos la posibilidad de adquirir este botín de guerra, la única planta de Papel Prensa que existía en nuestro país. Así fue como pusieron 7 mil dólares en la mesa, Magnetto le entrega una lapicera a Lidia Papaleo, quien ya venía sufriendo amenazas de todo tipo, y le dice la frase célebre: “Firme o le costará la vida, la suya y la de su hija”.
“PREMIO VIL 2016”
Esto ocurrió hace 45 años, pero hace 5, en el 40º aniversario, que coincidió con el primer año de Macri en el poder, la agrupación HIJOS convocó a la entrega del “Premio Vil 2016” en referencia al precio que habían pagado los tres medios por la adquisición de Papel Prensa.
Al acto fueron invitados familiares de David Graiver y Lidia Papapelo. También participaron distintos referentes sindicales como Hugo Yasky, en representación de la CTA, organismos de DD.HH y organizaciones sociales y políticas. Además, entre los oradores estuvo Pablo Llonto, quien fue delegado de lxs trabajadorxs de Clarín y destacado abogado de causa por los Derechos Humanos.
Cuando terminó el encuentro, se decidió hacer entrega del “Premio Vil”, que consistía en una lapicera de dos metros de largo confeccionada íntegramente con papel prensa y que tenía grabada la frase con la que Magnetto amenazó a Lidia para que realizara la operación.
En el momento que se levantó la lapicera, la multitud entró en un estado fervor, llevarla era como cargar un ariete para embestir contra las puertas de una fortaleza. El entusiasmo era enorme por todos los significados que se cruzaban ese dos de noviembre del 2016.
La multitud bajó entusiasmada por la calle Tacuarí cantando las canciones clásicas de los escraches, obviamente que la puerta fue cerrada, Magnetto no salió a buscar su lapicera, y decidimos dejársela en la puerta.
También se nos ocurrió realizar un cómic, que cuenta la venta vil de Papel Prensa: