REABRIÓ TECNÓPOLIS, LUEGO DEL DESGUACE DEL MACRISMO
POR MARÍA SOL COPLEY, CONSEJO DIRECTIVO DE ATE CAPITAL, RESPONS. ÁREA DE CULTURAS, CTA.
Para el pueblo lo que es del pueblo.
Una familia toma mate en un amplio parque de pasto verdísimo. Un grupo de adolescentes se turna para leer discursos de Evita, de Néstor, de Luther King y de Alfonsín frente a una pantalla verde que los proyecta en una banca del Congreso Nacional. Un grupo de niños y niñas baila y canta con una payasa. Otra familia espera para entrar a la muestra de enormes dinosaurios animatrónicos. A lo lejos, en un escenario se vislumbra a Zamba y en otro baila un grupo de danzas autóctonas de Jujuy.
Estas son sólo algunas escenas de las miles que se suceden y sucederán cada fin de semana en el predio de la mega muestra de Arte, Ciencia y Tecnología más grande de Latinoamérica, que fue fundada por Cristina hace 10 años.
Luego de cuatro años de abandono y desguace sistemático por parte del gobierno de Macri, el gobierno de Alberto Fernández recuperó Tecnópolis, cuyo predio se convirtió primero en un centro extrahospitalario para casos leves de Covid y luego en centro de vacunación.
Pero el sábado pasado volvió a abrir sus puertas como muestra participativa de Arte, Ciencia y Tecnología. Con la presencia de ministros, ministras y otras autoridades, se inauguró oficialmente este espacio tan anhelado por las familias.
En su sentido más profundo, la creación de Tecnópolis por el gobierno de Cristina refleja uno de los modos más creativos de otorgar derechos. Incluye desde lo participativo, desde lo lúdico y desde lo artístico; educa desde la cultura en ámbitos científicos, tecnológicos, cívicos y políticos; integra en lo colectivo y en lo solidario.
Los cuatro años de macrismo en el gobierno nacional conculcaron invariablemente los derechos de la clase trabajadora.
Por el contrario, si hay algo que caracteriza y caracterizó al peronismo es la ampliación de derechos sociales. Significó y significa el acceso de una mayor proporción de la población a mayores beneficios sociales y derechos ciudadanos, propiciando así la integración sociopolítica de las clases trabajadoras empujadas a la marginalización por la clase dominante.
El kirchnerismo continúa aquel legado que fundan Perón y Evita posibilitando que las familias trabajadoras puedan acceder por primera vez en su vida a enormes centros recreativos con bosques y piletas.
Pero a la derecha le molesta que las clases populares accedan. Por eso no sólo destruyen derechos sino también el imaginario colectivo, descabezando símbolos, en el sentido más literal y desgarrador: en Tecnópolis, la emblemática figura del Gral. San Martín fue desmembrada y abandonada en el predio, al igual que Zamba y otros tantos muñecos emblemáticos.
Los métodos no son nuevos. Luego del golpe del ´55 se prohibió no sólo cantar la marcha peronista sino mencionar a Perón y Evita e incluso hacer uso de la iconografía del partido peronista. Quizás lo revulsivo de esta nueva arremetida es la direccionalidad contra figuras que llegaron a ser íconos en los niños y niñas que crecieron aprendiendo historia argentina de manera lúdica y sin ser interrumpidos ni cooptados por constantes publicidades gracias al Canal Encuentro.
Por eso, Tecnópolis no es un parque más, ni una muestra más. Con entrada libre y gratuita y cada espacio pensado y diseñado hasta el más mínimo detalle, favorece precisamente eso, el acceso. El acceso a la cultura, a la educación, a fomentar el interés y la vocación para poder imaginar los futuros sistemáticamente negados por la derecha a las clases populares.
Imaginar y construir acceso es la tarea de nuestro gobierno. Pero también del pueblo trabajador en su conjunto que no puede permitir, nunca más, que nos descabecen el futuro.