DOSIS DE ESPERANZA

POR ALFREDO BUENO. TRABAJADOR DEL SUBTE. GUARDA EN LA LÍNEA A.

Alzan la mano con el salvoconducto de libertad del Covid – 19, cada uno de ellos es portador orgánico de una inmunidad deseada con la sonrisa dibujada y las sopapas de ternura depositadas en las mejillas por sus seres queridos.

Son en muchos casos los olvidados, los apartados por el sistema, los que ahora te miran y tal vez te vuelvan a contener para que no te achiques ante la sombra oscura de la pandemia, los que abren caminos.

Son también los que como locomotoras de juventud y catalogados como clase activa trabajadora pertenecientes al grupo de riesgo, tienen que guardarse en permanente aislamiento y sin embargo le ponen fe y garra.

Son nuestros seres de la virtualidad que tratan de sobrevivir con la parca que les rasguña la ventana desde afuera; aquellos que entre masa madre, zoom, libros, música, amores y la puteada a flor de piel.

Son aquellos, los que aún esperan volver de la burbuja de prevención, los que no se desaniman ni lloran, porque están con las defensas altas, el corazón lleno de esperanza y de eso se trata, ser dignos para la vida.

Millones de personas esperan, dentro del crisol genérico poder vacunarse en nuestra matria/patria, bajo el signo de la igualdad, sin distinción de credos, color de piel y situación económica

Una Argentina de pie, con conciencia de clases, lejos de doctrinas de abandono de la salud, porque de ese abandono surge la humillación de miles de familias en desesperación y llanto. Un pueblo que vuelva a tener “Altas sus defensas”