¿Qué es la biodescodificación?

Hola, mi nombre es Gastón. Tengo 41 años, trabajo como conductor en la Línea A y quiero contarte algo que podría cambiar tu vida: la biodescodificación.

Su estructura conceptual fue fruto de años de investigación del médico Ryke Geerd Hamer (1935-2017).

Al momento del descubrimiento del doctor Hamer, la medicina clásica era la única ciencia que trabajaba sin leyes: sólo hipótesis no contrastadas y mucha especulación.

De origen alemán, especialista en medicina interna, teólogo y radiólogo, desde los años 70 Hamer advertía que la Medicina no encajaba entre las otras ciencias ya que no tenía orden ni certeza.

En 1978, sufre la muerte de su hijo Dirk. Al tiempo, Hamer padece de cáncer de testículo y su esposa, médica oncóloga, cáncer en mama izquierda. Fue entonces que se propone iniciar una gran investigación que lo lleva al descubrimiento de lo que llamó las 5 Leyes Biológicas, que más tarde resumió en la Nueva Medicina Germánica. El nombre utilizado refiere a una forma de pensamiento que se extiende a todo el campo de la Medicina desde la que pueden derivarse nuevos métodos para la recuperación de humanos y animales convalecientes. Es un cambio de paradigma.

Las 5 leyes indican cómo funciona nuestro cuerpo y sostienen que aquello que se llama comúnmente enfermedad es en realidad un programa biológico cuyo fin es sostener con vida al individuo ante una situación que amenaza su supervivencia o la de alguien vital para él: el cuerpo se adapta al conflicto. Esta etapa se denomina fase activa y suele ser asintomática.

Una vez resuelto el conflicto, el cerebro inicia la fase de reparación, restaurando el órgano implicado. En esta fase surgen los síntomas por los cuales consultamos el médico: fiebre, inflamación, sudor, arritmia, edemas y dolor, entre otros.

Es decir que, cuando nos hablan de enfermedad, en verdad lo que ocurre es todo lo contrario: nos estamos curando.

Utilizaré un ejemplo para graficarlo: un gato y un ratón se encuentran. El gato ve un potencial alimento a la vez que el ratón ve una amenaza mortal y comienza a huir.

Es una experiencia conocida que ante situaciones límite se activan en nosotros capacidades extraordinarias, y precisamente esto es parte de lo que hablaré aquí.

Las células de los alvéolos pulmonares del ratón reciben la orden –proveniente del cerebro– de incrementar su capacidad de recibir oxígeno (simpaticotonía). De esta forma, es capaz de inspirar más eficazmente y continuar corriendo por más tiempo. Al cabo de un par de minutos, el ratón encuentra un refugio seguro y comienza a jadear otros dos minutos para recuperar el aliento. Decimos ahora que está en estado vagotónico.

Una situación equivalente en la vida humana se produce al recibir un diagnóstico médico fatal o muy malo. A nivel biológico, este diagnóstico es interpretado como el gato del cual debemos escapar. A diferencia del ratón, no podemos huir en un sentido literal, pero es lo que tiene previsto nuestra biología.

El miedo a la muerte se perpetúa; el paciente es incapaz de dormir, no tiene apetito y no descansa, pues en él está activo un programa biológico que lo impulsa a escapar de una amenaza mortal.

Al comparar ambas situaciones, vemos que hay una gran diferencia en la duración.

Para el ratón sólo hay dos opciones: escapar o ser devorado, todo en cuestión de minutos. Así es en un ambiente natural.

En el caso del ser humano, las células, que han estado trabajando al máximo durante semanas, comienzan incluso a proliferar para poder aumentar su capacidad.

Si el paciente hiciera ahora otra consulta, el médico hallaría tumores malignos en el pulmón (cáncer). Sin embargo, se trata de un programa independiente activado por el miedo a morir generado por el primer diagnóstico: la proliferación celular nunca fue maligna ni carente de sentido, sino que biológicamente ayudaba a la persona a obtener energía para huir.

Pero asumamos que el médico le da un buen pronóstico: entonces el paciente sentirá por fin alivio y podrá comenzar a descansar y recuperarse.

Las células extra –ahora innecesarias– serán descompuestas por microbacterias y el expectorado de sangre coagulada.

Ante este escenario, el paciente visita preocupado a su médico, quien le diagnostica tuberculosis pulmonar. Sin embargo, no es más que un síntoma de la resolución del conflicto del miedo a la muerte que, con su incomodidad, tendrá una duración igual al tiempo que sintió este temor.

Las microbacterias son recolectoras de desechos y valiosas ayudantes en la recuperación.

¿El cáncer de pulmón equivale a miedo a la muerte?

No hay un único tipo de cáncer pulmonar, ya que el pulmón posee varios tejidos que reaccionan de manera diversa ante diferentes conflictos. Los bronquios y la pleura, por ejemplo, activan programas independientes que cursan de distintas formas.

Nada nos indica aquí un error de la naturaleza que debamos reparar, ni procesos malignos contra los que hay que luchar.

Somos vida, y la vida no puede crear algo que atente contra sí misma.

Las 5 leyes, junto al análisis transgeneracional, la Programación Neurolingüística (PNL), el proyecto-sentido y el psicodrama –entre otras técnicas–, dan origen a la biodescodificación y conducen a resolver conflictos y sanar.

El árbol familiar muestra la información que transmiten los ancestros, la cual se graba como programas que se repiten: una lealtad que asegura la supervivencia. Entonces, enfermedades, mitos, creencias y tabúes obsoletos hoy se liberan para construir una vida plena y libre.