MICRORESISTENCIAS OBRERAS CONTRA LA DICTADURA: LA ORGANIZACIÓN VENCIÓ AL MIEDO
POR CARLOS MONESTES, SECRETARIO DE DD.HH DE LA CTA CIUDAD
En 2018, la entonces gobernadora, Maria Eugenia Vidal, intentó aplicar una vieja práctica de la Dictadura: Para contener la lucha docente, “invitó” a lxs maestrxs a desafiliarse de los sindicatos. Como en el 77, no pudieron pasar. La historia de lxs trabajadorxs de IDEAL-ARCOR, que defendieron sus derechos gremiales en medio del terror.
El año 77 fue el año de la asunción de la gran tragedia que estaba ocurriendo en Argentina, la conciencia plena de los alcances y objetivos del Golpe del 76. La carta de Rodolfo Walsh al cumplirse un año de la Junta Militar va hasta el hueso en el significado y la política de destrucción económica y genocida.
Un mes después las Madres, en la Primera Ronda del 30 de abril, dan el testimonio conmovedor de la lucha por sus hijos y los 30.000, tres meses más tarde de esta Ronda, la patronal de IDEAL-ARCOR decide el despido de lo último que quedaba de representación sindical, el 31 de julio del 77.
Para hacer notar lo que es para ellos el fantasma de una representación gremial dentro del establecimiento contamos un suceso ocurrido en el 77 en la planta de IDEAL-ARCOR y lo vinculamos con el presente. El objetivo es mostrar las constantes del ideario y pensamiento neoliberal respecto al movimiento sindical:
Con el objetivo de contener la lucha docente durante el gobierno bonaerense encabezado por María Eugenia Vidal, la Dirección de Cultura y Educación de la Pcia. de Buenos Aires pone en la web una planilla invitando a los docentes bonaerenses a desafiliarse de sus sindicatos. Era el 11 de enero de 2018, una fecha en que las escuelas están cerradas. La gobernadora y el ideario neoliberal querían cortar de cuajo esa resistencia que constituye la sindicalización de los trabajadores. Es el obstáculo y la misma piedra contra la que han tropezado una y otra vez.
En febrero de 1977 se promulga el Decreto 385 firmado por Videla y el Ministro de Trabajo, Liendo, ahí intentan otro golpe a los trabajadores luego de la ley 21356 del 2 de julio del 76 que conculcaba el funcionamiento sindical. El decreto 385/77 es otra vuelta de tuerca, tiene que que ver con la reafiliación o no al sindicato que represente la rama de actividad.
Esta norma, aclara el considerando, se realiza para beneficiar a los trabajadores que estarían afectados en su “patrimonio”. El “patrimonio” refiere a la cuota sindical que la recuperarían con la desafiliación, esto ocurría en un calidoscopio de despidos, bajas de salario, persecuciones y exigencia de productividad.
En el artículo 3 el decreto estipula que los empleadores requerirán de los trabajadores su manifestación por escrito en “doble ejemplar” si está o no afiliado a la respectiva Asociación Profesional con personería gremial. En el Artículo 4, prosigue, si la lista de afiliados del sindicato no coincide con la que hace la patronal, esta es la que tiene validez. Y así.
Imaginemos este requerimiento en el 77. En la planta IDEAL-ARCOR aparece un funcionario o escribano, da lo mismo, a requerimiento del Ministerio de Trabajo o la propia patronal, da lo mismo, para verificar la identidad de los trabajdores y depositar en una urna la desfiliación o reafiliación a la Unión Obrera Gráfica Cordobesa
El sindicato estaba cerrado, la conducción gremial del establecimiento vigilada, el costo de vida brutal, óptimas condiciones para promover la desafiliación. La fábrica era un enorme hangar lleno de silencio, desierto de voces y recorrido por sombras que se entrecruzaban. De resulta, siempre lo mismo, ese día de abril del 77 podría ser un gran día para la patronal por fin sin sindicalización obrera.
Llaman a los trabajadores uno por uno para verificar su identidad y votar, la urna estaba en un espacio contiguo a la oficina de personal, ahí donde hacíamos los “apartes” en los cuartos intermedios de las reuniones con el Directorio. A nosotros se nos estrujaba el corazón. Era un largo, largo pasillo que arrancaba en los baños, orillaba por las troqueladoras de las compañeras, daba una curva y se perdía en las oficinas de personal.
Teníamos mucho miedo de perder 9 a 1, por no decir pavor, y que todo el trabajo realizado en los últimos años, las conquistas y derechos siguieran cuesta abajo. Llamaban por secciones, no recuerdo cuándo fui a dar mi confirmación tal era la angustia que provocaba la observación de los rostros cabizbajos y torvos de los compañeros que desandaban el mortecino pasillo, ese pasillo otrora vestido del jolgorio puro cuando los trabajadores retornan triunfantes de la oficina de personal. Todo había cambiado. Un infinito manto de tristeza cubría nuestros corazones sin saber a ciencia cierta dónde estábamos, adónde íbamos… El afuera era una inmensa sábana de desolación.
En medio de la baja del poder adquisitivo, presiones de la patronal y sin representación gremial, 181 compañeros y compañeras reafirmaron su afiliación sindical sobre un total de 211 afiliados, ese día tuvimos una bocanada de aire fresco sin dejar nuestra tristeza. Los trabajadores de IDEAL-ARCOR, en medio del horror, marcaban el camino.