JUAN CRUZ, MARGARITA Y CIRIACO: UNA HISTORIA DE AMOR Y MUERTE

POR ALEJANDRO COLLI. PROFESOR DE HISTORIA Y DELEGADO DE UTE.

“Atiendan la relación que hace un gaucho perseguido, que padre y marido ha sido, empeñoso y diligente, y sin embarfo la gente, lo tiene por un bandido”.

“El Gaucho Martín Fierro”( 1872), José Hernández.

El primer gaucho matrero

Según algunos relatos, en 1586, el soldado andaluz Alejo Godoy, cansado de las penurias y el maltrato que recibía, se acercó a la “Plaza Mayor” (actual Plaza de Mayo) y tras gritar a viva voz

-¡Muera Felipe II! – emprendió su fuga a caballo hacia montes y campos adentro. Había nacido en ese gesto el primer gaucho matrero1: aquel que en un acto (político) de rebelión debía emprender la huida de la autoridad.

La marginalización del gaucho

Durante el siglo XIX, la existencia del “gaucho” estuvo marcada por el avance de la Estancia y la propiedad privada que lo fue marginando a paso acelerado, hasta convertirlo en frontera, en margen, en fugitivo, en exilio.

Convertidos en huérfanos de tierra, una tierra que no mucho tiempo antes lucía vasta e inconmensurable y que solía transformarse en recurso, en alimento, en refugio o en huida: cazar avestruces, perdices, ñandúes, tener un rancho modesto para hacerlo hogar y al que poder regresar luego de cada travesía, o de algún entrevero a muerte. Alejado de una “autoridad” que avanzaba sin retorno sobre todo ese espacio rural para cercarlo, encerrarlo, aprisionando la tierra y desalojando al hombre. Esos hombres condenados a un andar trashumante, errante, para no ser despojados de la poca libertad que les quedaba. El gaucho perseguido, convertido en Matrero, y destinado a ser bagual ya que de lo contrario sólo lo esperaba el sometimiento y la entrega.

Un amor en disputa: La huida de Juan Cruz y Margarita, y la ira de Cuitiño

Ese domingo, el hombre se paró frente a la casa de la calle San Fermín2 e hizo corcovear su caballo como un acto de reverencia de amor hacia la joven Margarita

Juan Cruz Cuello había nacido en la Ciudad de Buenos Aires en 1830 y era hijo de un sargento federal a las órdenes de Félix Aldao.

Margarita Oliden.

Si bien había trabajado como peón en estancias donde había demostrado cierta destreza ecuestre y habilidad con el facón, lo suyo era la guitarra, el baile, la payada y el entrevero por amoríos.

Quizás siempre supo que en aquel ritual en el que pretendía conquistar el corazón de esa mujer, comenzaría el final de su andar de gaucho matrero: a fin de cuentas, lo que más lo impulsaba a buscar enamorar mujeres no era sólo su belleza, sino más bien que dichas mujeres estuvieran ya destinadas a milicos y mazorqueros3. Fue entonces que aquella noche, una vez más, Juan Cruz Cuello, el payador de San Telmo, el bailarín que se lucía en bailes y pulperías, se dispuso a desafiar su propio destino.

Margarita Oliden tenía 16 años y estaba enamorada de ese payador que había conocido en la pulpería “La Paloma”4, pero su padre, el sargento mazorquero Nicolás Oliden, quería que su hija se casara con Ciriaco Cuitiño, jefe de la Mazorca y fiel Federal que luchó por Dorrego y luego por Rosas.

Aquel domingo en que Margarita decidió darse a la fuga para encontrarse con su amado, huyó por los túneles de la “maldición del amor”, una suerte de laberínticos pasadizos que comunicaban la antigua casa construida en la primera mitad del siglo XVIII (la más antigua de Bs.As.)5 con la iglesia de San Pedro Telmo.

A Ciriaco Cuitiño, esa decisión de Margarita de arriesgarlo todo por amor, le estrujó el corazón pero por sobre todo, lo llenó de ira.

Ciriaco Cuitiño

Rápidamente organizó una partida mazorquera para que fuera tras la captura de la pareja fugitiva y así poder aplicar lo que consideraba un merecido escarmiento: se había desafiado la autoridad de los hombres y el uniforme, pero sobre todo sentía que esa mujer no sólo lo había humillado sino que además, en esa acción, había clausurado definitivamente toda su ilusión de amor.

Atrapados en la localidad de Luján, Margarita es mal herida y muere a los pocos días en el cuarto de su casa. Hay quienes dicen que fue su propio padre quien le causó las heridas que la llevaron a su muerte.

Por su parte, Juan Cruz logró una nueva huida encontrando refugio en las tolderías del cacique Mariano Mohican, cerca de la localidad de Azul, donde relatan que se casó con su hermana Manuela y que ésta lo entregó a la policía en la pulpería de “Don Cosme”.

Una partida federal le dio captura y desde allí, fue conducido al Fuerte de Buenos Aires.

El 27 de diciembre de 1851, a la edad de 21 años, fue fusilado en Santos Lugares y su cabeza exhibida en el cuartel de la Mazorca en Palermo.

El destino final de Ciriaco Cuitiño

Ciriaco Cuitiño era un comerciante con mucha influencia social en el pueblo, que luego del fusilamiento de Dorrego en 1828, se unió a las fuerzas de Rosas para enfrentar a los Unitarios, constituyéndose en el líder de la Mazorca.

Poco tiempo después de buscar cicatrizar con muerte su despecho de amor por Margarita, debió huir de Buenos Aires posterior a la derrota de Rosas en Caseros en 1852, convirtiéndose ahora él, en un gaucho matrero. Se unió a los “Fortineros Federales” que sitiaron Buenos Aires por un breve tiempo, hasta que ya a fines del año ’53, decidió regresar a la ciudad acompañado por su amigo Leandro Alén, un pulpero del barrio de Balvanera. Delatados y sometidos a breve juicio, fueron ejecutados frente al paredón de la Iglesia de la Concepción (ubicada en la que es hoy Independencia y Tacuarí). Sus cuerpos fueron colgados y exhibidos en la Plaza Concepción, ante los ojos del hijo del pulpero, el niño Leandro N. Alem, quien tiempo después, con la “Revolución del Parque” de 1890, se convertiría en el primer líder y caudillo de la Unión Cívica Radical.


1 Se denominaba así a aquellos fugitivos que se refugiaban en los montes y sólo tenían para cubrirse con su matra o manta.

2 San Fermín es la actual calle Carlos Calvo.

3 Se denominaba así a los miembros de “La Mazorca”, fuerza de choque y de inteligencia que se creó en 1833 y que respondía a Juan Manuel de Rosas, en una época en la que al enfrentamiento entre Unitarios y Federales, se le suma el inicio de encarnizadas disputas políticas dentro del Partido Federal.

4 La Pulpería estaba ubicada en San Telmo, en lo que es hoy la calle Balcarce y Pasaje Giuffra.

5 Esta casa fue construida en 1729. Se la conoce como “La antigua tasca de los Cuchilleros” y está ubicada en Carlos Calvo 319, en el Barrio de San Telmo.

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