ENTREVISTA. KIKE FERRARI: “UNO ESTÁ HECHO DE SUS OBSESIONES”

POR VALERIA FELICE, PEONA DE LA LÍNEA E Y TANO PISANI, CONDUCTOR DE LA LÍNEA B Y SECRETARIO DE CULTURA.

Kike Ferrari

Conversamos con Kike Ferrari, escritor y trabajador del subte, sobre su último libro, “Territorios sin cartografiar”, una serie de relatos fantásticos, distópicos y futuristas.

Valeria: -Contanos de qué se trata tu nuevo libro.

Kike: -Está construido como un híbrido entre novela y cuento. Tiene trece relatos, que también pueden ser diecisiete, porque hay uno que está desdoblado y se llama “La Interferencia”. Éste unifica todo y digamos que se puede leer por fuera del libro, pero dentro del mismo organiza una historia grande, una historia única.

El contenido borronea las fronteras entre realidad y ficción, de hecho algunos de mis amigos y yo, hacemos las veces de personajes.

Entonces, como esto está borroneado, me parecía interesante también borronear los límites genéricos dentro de la narrativa.

Que no se supiera bien si estamos en presencia de un texto que se lee de una sola manera, o si se lee de varias o directamente de cómo se lee.

Me gusta decir, un poco jugando, que ésta es mi intervención sobre la discusión acerca del Fondo Nacional de las Artes del año pasado. Esa discusión que se armó en torno a los géneros que había que premiar y a cuáles no. Si novela, si cuento, si ciencia ficción.

Me pareció que la respuesta a esa discusión no era entrando en la polémica, sino interviniendo con un material narrativo. Que la mejor respuesta era hacer un híbrido, para que los debates acerca de la “pureza” de una narración sean inútiles e inconducentes.

Kike Ferrari
El nuevo libro de relatos de Kike Ferrari.

Valeria: -¿Cómo viene la preventa ?

Kike: -Anduvo bastante bien, por suerte. Este es un libro que escribí muy rápido. La segunda mitad de la pandemia me puso a trabajar activamente, así que en unos pocos meses ya lo tenía encaminado.

Además, los compañerxs de Indómita Luz (editorial de la UTEP) lo tomaron rápidamente para editarlo. La edición fue linda en todo sentido: porque salió rápido, porque el libro quedó muy bien y, sobre todo, porque siempre es una experiencia hermosa trabajar con compañerxs.

También fue material de lectura en un seminario que dieron unas poetas en Puán y eso hizo que se movieran una gran cantidad de libros. Así que vamos camino a una segunda edición.

Estoy muy feliz, por mí, porque me pone muy contento que se vendan los libros, y por los compañerxs de la editorial, ya que para ellos es un espaldarazo que las publicaciones que sacan a pulmón tengan visibilidad.

Tano: –Me interesa saber si la concepción socialista que tenés del mundo influye siempre en tu escritura, tal como se puede observar en tus anteriores trabajos. O si, en algún momento, podés abstraerte de esto y decir, bueno, voy a escribir un libro de origami y no va a incluir ni siquiera al maoísmo.

Kike: -Me parece que uno está hecho de sus obsesiones y que es muy difícil a la hora de hacer algo tan del orden de lo privado, como es la relación con el lenguaje, escaparse a ese material, de esas obsesiones con las que uno está construido.

Entonces, tengo la sensación de que si voy a escribir sobre origami –que sería una escritura extrañísima para mí- estaría muy preocupado en contar el proceso de producción de ese bichito de papel. Y donde nació todo esto, y quienes se lo apropiaron luego, porque es de lo que estamos hechos.

Respondiendo a tu pregunta, me parece que hay muy poquitos lugares en los que me puedo escapar de esta concepción. Pienso que la última gran concepción del mundo que apareció en los últimos años es la del movimiento feminista. Formas ideológicas, de pensar, que son totales, que atraviesan todo. Y la concepción política que yo abracé desde muy chiquito es de ese orden, de las que atraviesan todas las cosas.

Kike Ferrari

Valeria: -Me parece muy valioso que trabajes con una editorial de compañeres de la UTEP, que son trabajadores agrupades que se están organizando para pelear por sus derechos como lo hizo nuestro sindicato en tantos momentos y como lo sigue haciendo.

Hablando de la AGTSyP y de nuestro laburo en particular, porque ambos somos peones, me gustaría consultarte ¿qué relación tienen nuestros lugares de trabajo en tus obras?

Estuve leyendo un poco de tu nuevo libro y veo que, claramente, hay escenarios basados en nuestros ámbitos laborales.

Kike: -Para mí todo es material narrativo, entonces cuando habito mucho tiempo un lugar, cualquiera que sea, en algún momento se cuela.

Porque es muy raro que uno tenga la posibilidad de un escenario como es el de nuestro laburo, ese “no” lugar que es el subte, sobre todo a la noche, que tiene características de escenario desmontado de una obra que va a empezar al día siguiente.

Es muy difícil que eso no se filtre, y que no aparezca, además, ese fuerte sentido de pertenencia que tenemos todos los que trabajamos en el subte.

No porque sea una tarea especial, sino por la actividad gremial que lleva adelante nuestro sindicato desde hace ya varios años.

Valeria: -Actualmente se está debatiendo la reducción de la jornada laboral para que les trabajadores tengan más tiempo de recreación y para que se generen más empleos, quisiera saber ¿cómo compatibilizás tu trabajo en el subte con la escritura y tu tiempo libre?

Nosotros, tenemos la ventaja de estar en un régimen de menos horas, que permite programar y decir: le voy a dedicar tantas horas a la tarde a la literatura y al resto de las cosas de la vida.

Yo tengo tres hijos, y todos van media jornada a la escuela, pero soy consciente de que es algo que la mayor parte de la clase trabajadora no se puede permitir.

Tengo ese privilegio porque a las dos de la tarde ya estoy en casa. Que mis pibes vayan nada más que cuatro horas al colegio y que el resto del tiempo lo puedan disfrutar y hacer otras cosas, creo que es gracias a esta conquista histórica de los trabajadorxs del subte, que nos permite trabajar menos horas.

Yo escribo desde hace muchos años, muchos más de los que trabajo en el subte, entonces cambié un montón de trabajos, porque, además, me han echado bastante a lo largo de mi vida, así que, ahora, como este trabajo es mejor y además tengo hijos, lo cuido.

Siento que cada momento entregado a la generación de capitales, es un minuto que me sacan de mi vida. Pero lo cierto es que vivimos en este mundo, e incluso en el mundo que yo imagino, en el mundo en el que a mi me gustaría vivir hay un trabajo socialmente necesario.

Quiero decir, en el mundo en el que yo quiero vivir, el subte va a tener que andar, porque la gente va a tener que ir de un lado para el otro. Y entonces alguien va a tener que hacer las cosas que nosotros hacemos.

La reducción de la jornada laboral creo que es muy importante que se debata, sobre todo en un momento en el que existe una altísima desocupación. Lo importante para nuestra clase, la trabajadora, es poder vivir con dignidad, que a nadie le falte el laburo ni el morfi.

Tano: – Kike te pregunto, o reflexiono con vos, en el caso de nuestro trabajo, de estar bajo tierra, muchos creen que esta situación ayuda a la unión. Esta actividad insalubre, tan distinta, le llama muchísimo la atención a la gente.

Por eso creo que el subte es un “sí“ lugar, no un “no” lugar como mencionaste anteriormente. ¿Qué pensás de esto?

Kike: -Sí, puede ser. Me parece que hay trabajos que son más propensos a lo colectivo. Mi idea era que esto se daría con más facilidad en una fábrica, porque están todos los proles juntos, entonces es más fácil de que uno tenga sentido de comunidad.

Es la gran fantasía del viejo marxismo, enormes fábricas llenas de proles que se organizan naturalmente porque están todos los días todos juntos. Eso que se fue desarmando.

Puede ser que el subte opere en esta realidad. Me refiero a “no” lugar en el sentido de que es una suerte de limbo, digo, afuera llueve, es de día o es de noche, o hay sol o no hay, es como un aeropuerto, como si estuviera un poco fuera de la realidad.

Si vos estás en el subte no estás en ningún otro lugar de la Buenos Aires, porque no existe en otros lados. Pero tampoco estás en Buenos Aires, porque estás doce metros bajo tierra. Es otro mundo.

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