EL PRECIO DE SER NOSOTROS MISMOS

POR AGUSTÍN LECCHI. SECRETARIO DE ORGANIZACIÓN DE SIPREBA (SINDICATO DE PRENSA DE BUENOS AIRES).

La foto de la portada de esta nota es de un domingo de junio de 2018. Hacía un frío terrible, llevábamos seis meses con una reducción del 50% de nuestro salario (la justicia nos daría la razón mucho después) y no sabíamos que dentro de pocos días se vendrían los despidos masivos en Télam.Desinstalar una mentira es una de las tareas más difíciles porque la sola respuesta es entrar en el terreno del enemigo y porque del otro lado hay tanta artillería y poder, que la apuesta es siempre más alta y uno no cuenta con los recursos ni los medios para contrarrestarla.

Me limito a decir que la campaña que sufrimos los trabajadores y trabajadoras de la TV Pública (porque atacan a algún dirigente o a su familia para atacar al conjunto) no es nueva, que en algún punto nos fuimos acostumbrando y que frente a eso lo mejor que podemos hacer es trabajar mejor, con todo el esfuerzo y profesionalismo que tenemos, y seguir con los mismos principios de siempre.

Las operaciones y difamaciones que sufrimos no son más que el precio que pagamos por ser nosotros mismos, por decir lo que hay que decir cuando muchos callan, por impugnar abiertamente a los «Lombardi boys» que quieren volver al canal (incluso con los votos del Frente de Todos en el parlamento). Porque cuando gobernaron, denunciamos su política antes de que nos ataquen a nosotros y sin importar el contexto adverso en el que algunos giles hablaban del “fenómeno de la nueva derecha democrática”, aunque sabíamos que eran los mismos neoliberales de siempre. Porque cuando todo era oscuro y nos cagábamos de hambre no nos tembló el pulso para darle voz a todos los laburantes y los que tenían un conflicto, como seguimos y seguiremos haciendo.Los que quisieron hacer negocios inmobiliarios con el canal nos atacan porque somos quienes lo defendimos para que hoy siga siendo público. Los que hablaban de reforma laboral en nombre del progreso pero en realidad nos querían retrotraer al siglo XIX, sin convenios ni derechos.

Si alguno de adentro se relaja o se “equivoca”, sepa que esta pelea es colectiva y no se termina nunca. Nadie nos regaló nada. Lo que tenemos lo conseguimos con trabajo y con lucha. ¡Con los compañeros a muerte!

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