NOCHERAS: Crónicas de noche
Por Virginia Bouvet, boletera línea C. Fotos José Acosta, nochero línea C
Llegan a Tronador a las 23:30, falta para que pase el último y cerrar los accesos, para barrer la escalera y baldear los andenes. Todavía hay tiempo de limpiar la boletería, siempre después de que pase la reca. Para tomar mate dulce en la cobacha en horario de descanso. Falta poco y todos se habrán ido.
Pienso en los trabajos de limpieza, que se tercerizaron con la privatización del Subte en el 94 y esa otra empresa les pagaba peor y los explotaba más que Metrovias. Las pocas mujeres que había en Taym trabajaban de día y el turno noche era exclusivo para ellos, los nocheros: mitad maestranza, mitad serenos.
Estación Tronador, después de la medianoche llega ese momento, tu momento, cuando se apagan los ventiladores, toda la línea queda en silencio y ahora sí la noche es tuya. Tuya y de los otros 370 nocheros del Subte. Tuya y, también, desde hace poco, de 20 nocheras mujeres.
Pienso en las chicas del subterráneo y en el lema que adoptamos hace mucho: todas en todos lados; en el petitorio que llenamos de firmas en el 97 pidiendo una oportunidad para subir a Tráfico, en Estela Gallardo, la primera de nosotras que llegó a ser Guarda. En esta primera camada de nocheras, este año y en las primeras mujeres técnicas ingresando a Instalaciones Fijas.
Estación Tronador, hoy toca encerar los andenes y el hall. El lugar es inmenso, por suerte el laburo se hace entre todas y sólo dos veces por semana; mientras todo seca, se limpian a fondo los baños.
Pienso en el año 2004, cuando los trabajadores de Metrovias paramos cuatro días y conseguimos las 6 horas. Estuvimos esas tres noches tomando las cabeceras, mientras los nocheros de Taym limpiaban y muchos querían adherir a nuestra medida. Yo creo que esa huelga fue un antes y un después para ellos. A fin de año, los de Taym de todos los turnos se habían organizado y ya nadie los iba a desviar de sus objetivos de pasar al convenio, de ingresar a Metrovias.
El ingreso al convenio de los de limpieza significó triplicar el sueldo y reducir la jornada de 8 a 6 horas. El pase al plantel de Metrovias les permitió acoplarse a los metrodelegados y la posibilidad de ascender hasta llegar a conductor o conductora.
Estación Tronador, el audio dice que reponen corriente en toda la línea; las chicas se reparten lo que queda: unas repasan los vidrios, otras reponen las bolsas de residuos.
Pienso en estos años, en las mujeres ganando derechos y ocupando espacios en las calles y en los túneles. En buenahora.
Son las 5:30 en Tronador, todo listo para dar servicio; antes de salir, la última tarea de ellas es abrir las puertas.
Algo de eso aprendimos las mujeres del Subte en estos años.