ENTREVISTA: Ezequiel Fernández Moores

Por Daniel Mangialavori, Conductor de la Línea E

Muches de les compañeres del subte discutimos apasionadamente sobre fútbol y otros deportes, nos planteamos los problemas de los negocios en ellos, sin dejar de disfrutar de la magia de Lio, el Diego o Gaby Sabbatini.
Elegimos a Ezequiel para aprender e intercambiar conceptos deportivos, sociales y humanos. Lo consideramos una de las mentes mas lúcidas del periodismo deportivo y es un honor que nos haya brindado esta entrevista.

 

Sabemos que el Negocio deformó el contenido lúdico del Deporte, incluso hasta llegando a manipular los resultados mismos de las competencias, sin embargo continúa convocando interés y audiencias. ¿Por qué crees que sucede?

El Deporte es Negocio, el Deporte es Política, el Deporte hace tanto ruido que todos los leones se suben a la tribuna a gritar los goles, a contar billetes y a sumar votos. Lo sabemos, todo eso sucede. Pero aún así, no todo puede estar manipulado. Ese pelotazo de Holanda que pegó en el palo, a 1 minuto de que terminara la Final del Mundial 78, y que le habría provocado una gran amargura a la Dictadura, no pudo haber sido manipulado. Nadie puede apuntar al palo del arco, a eso me refiero. Entonces, todavía hay Deporte. Una vez leí una frase que me gustó mucho, decía: el Deporte es demasiado Negocio para ser sólo Deporte pero es demasiado Deporte para ser sólo Negocio. Otro aspecto que sigue atrayendo son los Messi, los Mohamed Ali, los Maradona, los Jordan. Talentos que, en medio de la competencia, hacen magia con una pelota, con sus puños, con lo que vos quieras… Y todos jugamos, todos sabemos lo que es jugar y vemos que estos tipos son la máxima expresión del juego porque en ese alto rendimiento, lleno de presiones, siguen jugando. Y también hay que explicar el fenómeno por el lado de las identidades: crecemos amando a un club, a un barrio, a nuestros padres, a veces somos del equipo solamente para estar al lado de nuestros padres y al crecer somos nosotros los que trasladamos a nuestros niños lo mismo. Todo eso influye. Por eso supongo que más allá del Negocio, de la guita, el Deporte sigue siendo juego.

¿Consideras que, con el surgimiento de los Medios dedicados 100% al Deporte, estamos paulatinamente en presencia del Negocio del Periodismo Deportivo, como un desprendimiento del Negocio del Deporte?

Si el Deporte es Negocio, también lo es el Periodismo. No es solo Negocio, pero también lo es. No es casual que todas las plataformas de cable, de TV de pago, On Demand, etc. logren abonados utilizando al Deporte como zanahoria: tienen exclusividad en partidos o producen documentales como los que estamos viendo en estos tiempos de pandemia. Amazon ofrece suscripción gratis por 7 días para que te prendas con la serie sobre la FIFA y para que después sigas con ellos. Hay algo que produce esa combinación de Juego, Negocio, Pasión, Deporte, que estos tipos lo saben y lo utilizan. Sí, existe esa rama del Negocio del Periodismo que, en lugar de informar, se dedica a publicitar el Negocio. Alguien decía alguna vez que los periodistas no podemos informar qué sucede en el Deporte porque somos algo así como misioneros con la Religión, es decir propalamos la fe, no la vamos a explicar, la propalamos. Entonces los periodistas deportivos propalan el Deporte, no lo informan. Encima tenemos muchas veces el problema que los Medios donde trabajamos forman muchas veces parte de ese Negocio del Deporte, porque son socios en la explotación de derechos de TV, o lo que fuere. Muchas veces esto condiciona nuestro laburo de querer informar sobre qué sucede ahí.

¿Este camino tiene vuelta atrás?

No hay vuelta atrás. Es más, yo creo que todo en ese sentido es para peor. Lo lamento, porque además el trabajo de periodista está cada vez más precarizado y entonces no hay tiempo para investigar y tampoco deseo de investigar a los poderes. Por supuesto que hay excepciones y hay que seguir a esas excepciones, hay que estar atento a cómo trabajan, porque también sigue habiendo buenos trabajos. La Web provocó que por momentos el debate se rebajara mucho a estupideces pero también abrió posibilidad a otras voces. Democratizó, en un sentido, aquel monopolio de la palabra que tenían unos pocos.

Si bien en el mundo abundan ejemplos de clubes convertidos en empresas, parecería que en Argentina aún no se alcanzó el consenso social para extender las S.A. a los clubes. ¿Por qué crees que los argentinos aceptamos privatizar todas las empresas estatales pero no aceptamos que privaticen los clubes?

Creo que el fenómeno de los clubes como Asociaciones Civiles es muy argentino. Responde a esa historia e identificación centenaria que tienen los clubes con sus barrios, algo así como un segundo hogar. Es un patrimonio, forma parte de nuestras vidas, de nuestro ADN. Hay que saber lo que significaban los clubes en los años ‘50 y ‘60, que no eran sólo futbol sino que eran también eje de acontecimientos sociales, como los bailes de carnaval por ejemplo. Aun hoy, uno encuentra que clubes poderosísimos tienen hasta talleres de costura.  Hay una actividad impresionante en esos clubes que tiene que ver con el barrio donde están, el cual les exige también una lealtad recíproca: si yo tomé el nombre de Banfield es porque hay un barrio que me antecede con ese nombre, o si me llamo Quilmes lo mismo, un barrio, una localidad, una ciudad. Un club es mucho más que once jugadores de futbol. Esto no quita que haya habido abusos, deformaciones a la regla que los clubes son de los socios y que, en nombre de esa regla, haya habido dirigentes que robaron y se quedaron con dinero. Es cuestión de vigilar y castigar este tipo de situaciones y no de cambiar la Norma que forma parte de uno de los bienes culturales más preciados que tenemos.

¿Qué opinas acerca del rol del Ídolo? ¿El Periodismo Deportivo debe acotarse a la crónica deportiva o es lícito también indagar y comentar acerca del comportamiento y la manera de pensar del Ídolo fuera del deporte?

No sé si es lícito o no indagar sobre el Ídolo. Yo creo que el Periodismo está para Informar, en el sentido de Dar Forma. A veces sabemos que con la pretensión de Informar se puede Deformar. Yo entiendo al Periodismo como Informar y que Informar es Dar Forma. Y desde esta mirada se puede contar todo. El Deporte contiene emociones populares y eso es muy interesante como teatro de historias, está lleno de ellas. Y los Ídolos por supuesto que ofrecen muchas de esas historias. Para mí, una de las mejores definiciones que encontré sobre el fútbol es la de aquella mujer que tenía que cuidar a niños en zonas de guerra, niños huérfanos, mutilados, niños que estaban en una situación dramática. Un día le preguntaron: “¿Cómo hace para explicarle a los niños qué es la felicidad?” y ella respondió: “Les regalo un balón para que jueguen”. Me pareció una de las más bellas definiciones que encontré sobre el Deporte. También sabemos que los Ídolos dominan la gran escena pero a mí lo que habitualmente me gusta es humanizarlos. Tienen un talento extraordinario para hacer eso que hacen pero también son humanos. Entonces esto te hace más fácil no mandarlos a Devoto a la hora del ocaso y no hacerles un monumento cada 24hs porque tenés que vender más ejemplares o tener más rating. Porque también sabemos que si no hay Ídolos la maquinaria los inventa, y es difícil resistirse a esa maquinaria.

En tus artículos analizas los hechos deportivos siempre vinculados al contexto social y político en el que sucedieron. ¿Qué te llevó a salirte del lugar común desde el que se cuenta al Deporte y elegir el costado quizás más complejo? 

Justamente me atrae lo complejo, me gusta. Me aburren las historias previsibles, predecibles, lineales. Alguna vez un gran fotógrafo brasileño, Sebastiao Salgado, cuando le preguntaron por qué sus fotos eran blanco y negro, dijo: “No se equivoque, mis grises tienen muchos matices”. A mí me gustó eso. Y el deporte te da una ocasión extraordinaria para contar matices. Sé que nunca me haré millonario, sé que nunca arrastraré multitudes, tampoco es mi pretensión, a mí son las historias las que más me gustan. Necesito primero que me atraigan, que me interesen. Es el único modo en el que puedo dedicarle tiempo y deseo de investigarlas para luego poder contarlas del modo más ameno y elegante posible. Y que ese interés que me produjo a mí, les suceda a otros. Sabemos que todo es político y sabemos que los deportistas, por más héroes que sean, son personas y sabemos que el Deporte emociona justamente a personas. Yo no hago análisis de las páginas bursátiles, estoy hablando de Deporte y el Deporte es la gente.

Ante tanta obscenidad entre Negocio y Deporte, ¿por qué nunca hubo una huelga de aficionados? ¿El periodista deportivo debería cumplir algún rol “abriendo cabezas” en este sentido?

Me parece que el rol del Periodismo, como dije antes es el de Informar y Dar Forma, si esto abre cabezas bienvenido sea y sino mala suerte. A mí me gustaría que la gente fuera menos arrastrada para ciertas cosas, menos manipulada. Pero la van a manipular. Intuyo que con más educación se puede resistir mejor a esas manipulaciones aunque son inevitables. El poder manipula siempre, y el poder encuentra que el Deporte es una herramienta fabulosa para manipular. ¿Cuál es ese medio entre nuestra emoción, nuestra pasión legítima, y la otra locura? No lo sé, es muy fino, y supongo que hay que seguir caminando para evitar que nos manipulen tanto.