SEBASTIÁN ABREU, EL NÓMADA DEL FÚTBOL
POR MARTÍN ETCHETO, TRABAJADOR DEL SUBTE.
El 11 de junio de 2021 le dijo adiós a la práctica profesional del deporte Washington Sebastián Abreu, dejando atrás un sinfín de historias, goles y récords. En lo deportivo no fue la mejor despedida, ya que su equipo Sud América cayó derrotado 5 a 0 ante Liverpool, pero eso no le impidió al Loco disfrutar de sus últimos quince minutos en un campo de juego ante el mismo rival frente al que había debutado, allá en junio del ’95. La vida es un ciclo.
Desde Ricardo Bochini y Reinaldo Merlo en Argentina hasta Lev Yashin y Francesco Totti en el exterior, muchos jugadores se han destacado por ser considerados One Club Man, es decir, haber desarrollado sus carreras en un solo equipo. Si hay algo que sobresale en la carrera de Sebastián Abreu es haber sido la antítesis de todos los anteriores mencionados, ya que durante las más de dos décadas y media de carrera en el fútbol, el Oriental defendió los colores de 31 equipos distintos, distribuidos en 12 países a lo largo del planeta. Un auténtico trotamundos, cuyo nomadismo le valió incluso para obtener el Record Guinness superando al alemán Lutz Pfannenstiel, en diciembre de 2017.
Un récord de Diez.
Otra distinción que posee Abreu en su carrera es la de haber sido el último jugador activo que compartió cancha con Diego Maradona. Fue por la Fecha 5 del Apertura ’97, cuando el Boca del diez derrotó a San Lorenzo por 2 a 1. Si bien no se pudo llevar los tres puntos de la Bombonera, el charrúa se dio el lujo de intercambiar camisetas con el astro argentino. “Con 19 años fue algo fantástico. Cuando terminó el primer tiempo me chifló y me dijo ‘Uru, ¿no vamos a cambiar?’ Te imaginás cómo salí…”, recordó. Como si de casualidades se tratara, aquel día el gol de CASLA lo marcó el Pampa Biaggio, su actual entrenador en Sud América.
En nuestro país defendió los colores de San Lorenzo, River y Rosario Central entre los que anotó 65 goles en 149 partidos y obtuvo dos títulos. En San Lorenzo fue sin lugar a dudas donde mejor recuerdo dejó, con la inolvidable obtención del Clausura 2001, además de un promedio goleador de 0,56 (42 goles en 75 partidos) y una transferencia record al Deportivo La Coruña.
Su siguiente etapa en Argentina recién se dio en 2008 cuando jugó a préstamo en River, donde su paso fue más agridulce: Si bien consiguió el Clausura 2008 y sus números no son malos (12 goles en 29 partidos) fue parte de aquella recordada eliminación en Copa Libertadores justamente ante San Lorenzo. La última andadura de Abreu por nuestras tierras se dio en el año 2013, cuando recaló en las filas del recién ascendido Rosario Central (11 goles en 45 partidos) donde llegó a una final de Copa Argentina.
Más loco que nunca.
El punto álgido de su carrera se dio en Mundial 2010, cuando le hizo honor a su apodo y picó el último penal en la serie de Cuartos de Final ante Ghana, dándole a su selección el pase a Semifinales luego de 40 años. Sobre este momento recordó en una entrevista: “Ese es el momento que había soñado toda la vida, en la caminata fui haciendo el trabajo psicológico. Pensá que había errado tres penales el día anterior, en el entrenamiento… La toqué suave y después, fue todo emoción. Me quebré al ver a mi hija llorando en la tribuna”. Al año siguiente fue parte del plantel campeón de la Copa América 2011, disputada en Argentina.
El número 13.
Si bien estaba acostumbrado a cambiar de equipo a menudo, algo que nunca (o casi nunca) cambió fue el dorsal que utilizaba, el famoso número 13, que lo acompaña también en otros aspectos de su vida: “Es mi número amuleto para la vida. Mi número de celular termina en trece; en el avión, aunque algunos no tienen ese fila; en los hoteles, la habitación; y tengo una que es peor: tengo un número amuleto y otro mufa, y antes de los partidos, en el ómnibus voy viendo la patente de los autos y compito”.
El asterisco en cuanto al uso del dorsal se dio en su paso por Santa Tecla de El Salvador, ya que el número 13 está asociado a la organización criminal Mara. Para sorpresa de pocos, el número que decidió usar en su lugar fue el 22. Su paso por ese país también tendría otra particularidad, ya que durante 2019 hizo su debut como entrenador.
En los últimos años, además del país centroamericano, registró pasos por Brasil, Chile, Ecuador y Paraguay antes de volver a su país natal (donde fue entrenador-jugador) cuando finalmente anunció su retiro: “Después de 26 años tomé una decisión con convicción obviamente, entendiendo que es el momento justo, estando activo, jugando en primera, vigente, creo que es la forma, el equipo está bien, es el momento indicado”, agregó el Loco Abreu, más cuerdo que nunca.