CRÍTICA DE CINE: GUERNICA, TIERRA PARA VIVIR

POR JAIME GALEANO. TRABAJADOR DEL SUBTE. AUXILIAR LÍNEA D.

Guernica. Tierra para vivir , es un cortometraje.  Producido por El Cine por Asalto, grupo de realizadoras y realizadores audiovisuales independientes, particularmente volcadxs al cine documental social y político. Entre su filmografía figura “Una historia de Madres” (2017), “Candomberos- De dos orillas” (2019),y “Acampe Originario”,de inminente estreno el 12 de octubre después de la medianoche por Cinear TV.Dirección: Ernesto Gut. Realización: Pedro Razzari, ReinaldoOrtega, Juan González.

Acoplando entrevistó a Enesto Gut, director del cortometraje de gran valor político. Porque es un registro y una difusión, casi en vivo del conflicto tan televisado como tergiversado. Tiene, justamente por eso, el doble mérito dado que  rara vez los ocupantes tienen un micrófono y una cámara para contar los motivos por los cuales están reclamando un espacio para edificar su vivienda. El corto nos permite conocer el recorrido de sus vidas, sus problemas, penurias y sus sueños. Es un film que busca mostrar además del tema de fondo, la dificultad de acceder a la propia vivienda para los trabajadores en Guernica y en todo el país. El efecto logrado es concreto, pone negro sobre blanco un problema que se arrastra desde hace décadas. Otro gran mérito del documental es que logra narrar las historias de vida sin juzgar ni denigrar a las personas como ha sido en los grandes medios, ni caer en el panafleto ideológico.

Un documental necesario para ver en estos tiempos con la tele de fondo y haciendo fuerza para que no llegue ese maldito desalojo.

Me imagino que lo mas complicado fue filmar con muy poco tiempo y el desalojo era inminente. ¿Cuántos días de trabajo les llevó la realización?

Fue muy rápido el proceso, porque se nos dio la oportunidad de filmar allí desde la tarde anterior al primer desalojo anunciado, y allí nos enteramos que se había suspendido, por lo cual pudimos relajar un poco y registrar situaciones muy cotidianas, sin una investigación previa sino simplemente relacionándonos con los vecinos y vecinas para tratar de entender su día a día en una situación tan precaria. Ese día registramos a una familia preparando la cena en base a seis cuises que habían cazado; y lo que impresiona es que esa familia son personas  como vos y yo, sumamente amables y educados, incluso con mucho humor y calidez. No fueron los únicos que estaban cocinando ratones de campo para comer; y es una radiografía de la situación alimentaria que viven miles y miles de familias en este país, tan rico y tan empobrecido por las clases usurpadoras, que no es la clase trabajadora que busca un lugar donde edificar su casita, por supuesto.

Volvimos a los dos días, ya con un plan de rodaje que incluía la búsqueda de testimonios que pudieran explicar con precisión la situación de la toma, de las familias, la extensión de esas tierras y la situación jurídica en general. Y allí caímos en la cuenta que esas tierras estaban reservadas para un negociado inmobiliario sobre la base de un fraude elaborado entre el Estado y las empresas desarrolladoras de countries. Ese es el negocio y la usurpación que están defendiendo desde el gobierno provincial y la intendencia. Hay tierras fiscales para la especulación y los negocios, pero no para las familias sin techo.

El trabajo de edición lo realizamos en dos días, contrarreloj, porque nos propusimos que el material se difundiera rápido, y que sirviera no sólo como testimonio, sino también como herramienta para apoyar la lucha y concientizar sobre esta triste realidad.

Se logra mostrar, mediante el registro de diversas situaciones y testimonios las condiciones materiales de la gente, muy paupérrimas. ¿Qué notaron de diferente con otras tomas?

Lo que esta toma revela es la dimensión de la problemática habitacional y alimentaria que se está atravesando, y que se profundiza y acelera por la crisis económica y la situación de pandemia, muy particularmente. Lo que está claro en esta toma (y también por eso el Gobierno quiere derrotarla a toda costa, ya que es un caso testigo) es que tierras sobran: el tema es que no hay decisión de destinarlas a solucionar el déficit habitacional, para seguir alimentando, por el contrario, el negocio de barrios privados y la especulación de las grandes empresas inmobiliarias. El nivel de organización de la toma de Guernica revela de qué manera los trabajadores y trabajadoras son capaces de llevar adelante una urbanización digna, si se les da el lugar donde llevarla a cabo y los elementos esenciales para la autoconstrucción,que es lo que se está requiriendo. Aquí el Estado es responsable de dar una solución; la voluntad de trabajo de la gente para poder levantar su casa es muy firme.

¿Hay una presencia importante de mujeres y disidencias? 

Es impresionante la cantidad de mujeres que observamos, muchas de ellas a cargo de sus hijos, y llegando a niveles de vulnerabilidad extremos, incluso escapando de situaciones de violencia machista y abusos de todo tipo. También observamos su evidente capacidad de liderazgo, que tiene que ver con el protagonismo y la autopercepción de las mujeres como indudablemente capaces de llevar adelante estas luchas, por sus necesidades y sus derechos.

¿Cómo está el ánimo de la gente pese a los bombardeos mediáticos?

Hay mucho resentimiento hacia la prensa de los medios tradicionales, que vienen hostigando la toma y a sus habitantes, junto con los gobiernos y el aparato represivo. El atentado criminal de la Policía Bonaerense contra un grupo de jóvenes militantes solidarios con la toma, que resultaron baleados y uno de ellos se encuentra en terapia intensiva gravemente herido, es un indicador del nivel de violencia sistemático que sufren los habitantes y quienes se solidarizan con ellos. Que un fascista como Sergio Berni esté a cargo del Ministerio de Seguridad de la Provincia, con un discurso de mano dura y encubrimiento a una policía que es la principal banda criminal de la Argentina, es un mensaje del Gobierno, el PJ y el kirchnerismo de que piensan resolver las demandas sociales no con soluciones populares, sino a punta de escopeta. Un desalojo sería un punto de quiebre en ese sentido: un giro a la derecha de un gobierno que debe enfrentar las demandas populares más esenciales. La represión es lo que reclaman las clases dominantes, que son las que realmente gobiernan en este país y en esta provincia. Habrá que ver si los trabajadores y trabajadoras logran demostrar su fortaleza.