Muerte de Perón. 1º de julio de 1974
Por AS boleterx línea B
Juan Domingo Perón fue un presidente que asumió el cargo en tres ocasiones (1946, 1952 derrocado por el golpe de 1955, y 1974, cuando gobernó apenas diez meses). El peronismo es uno de los movimientos políticos más importantes de la historia de la Argentina. Su muerte llenó de gran dolor el sentimiento del pueblo trabajador argentino, ampliamente identificado con su figura y con los beneficios obtenidos durante su primer gobierno.
Se iba con el General el gran árbitro que apoyó conquistas económicas como los convenios colectivos por rama de trabajo, el aguinaldo o el fifty fifty (mitad y mitad) de los ingresos del país para burgueses y proletarios, llegados estos por millones a trabajar en la naciente industria. Políticas, como la independencia soberana del país ante las presiones de los imperialismos dominantes con la Junta Nacional de Granos, de Carnes y el monopolio del Comercio Exterior, la nacionalización de los ferrocarriles ingleses, los teléfonos o la electricidad. Sociales, como el voto femenino, los sindicatos y la disminución drástica de la pobreza. E indiscutibles razones sentimentales, como la adhesión al recuerdo de Evita, los repartos de juguetes y máquinas de coser o los torneos intercolegiales y triunfos deportivos de la celeste y blanca por doquier.
El tercer gobierno se basó en las Coincidencias Programáticas del Plenario de Organizaciones Sociales y Partidos Políticos que fueron firmadas por casi todos los partidos políticos, el movimiento obrero a través de la Confederación General del Trabajo (CGT) y el empresariado nacional a través de la Confederación General Económica (CGE) y la Federación Agraria Argentina (FAA). Este acuerdo sería la base del Pacto Social de 1973, eje de la política y gobierno hasta la muerte de Perón en 1974.
Con Perón proscrito, sus candidatos ganaron las elecciones en marzo de 1973 con la consigna “Campora al Gobierno, Perón al Poder”, abriendo el período conocido como tercer peronismo. Cuando Perón volvió al país, y Héctor Cámpora asumió el gobierno en marzo de 1973 muchos conflictos estallaron a raíz de las condiciones de trabajo y de los bajos salarios. El sindicalismo clasista y organizaciones armadas no peronistas enfrentaban el Pacto Social, que no alcanzaba a dar respuesta a las necesidades de los trabajadores. En ese período la llamada Tendencia Revolucionaria que encabezaba la formación político militar Montoneros confrontó con la ortodoxia peronista con su brazo sindical apoyado en la UOM de Lorenzo Miguel y con el respaldo del Estado desde el Ministerio de Bienestar Social conducido por el “Brujo” peronista, José López Rega.
Numerosos ataques violentos de la derecha peronista anticiparon la llamada masacre de Ezeiza, y luego de su llegada Perón dio un amplio respaldo a los sectores «ortodoxos» de su partido, armadores del comando parapolicial conocido como la Triple A, destinado a perseguir y asesinar militantes identificados con “la izquierda”, peronistas y no peronistas. Apenas un mes y medio después de asumir, el presidente Cámpora renunció y se convocó a nuevas elecciones sin proscripciones, donde Perón logró un amplio triunfo con el 62% de los votos.
Poco antes de su muerte, el 1º de mayo de 1974 se realizó en Plaza de Mayo una gran manifestación con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, durante la cual habló Perón. La ruptura entre Perón y la “juventud maravillosa” que conformaba el ala izquierda de su movimiento dejó la mitad de la plaza vacía. Presidente por tercera vez, Perón no aceptó el reclamo: “¿Qué pasa, qué pasa General, que está lleno de gorilas el gobierno popular?” Perón respondió llamándolos “imberbes”, “estúpidos” e “infiltrados”, e inmediatamente después, en medio del discurso un gran sector de los concurrentes se retiró de la plaza en abierta ruptura.
Las respuestas que siguieron a ese cisma, con la muerte de un Perón gravemente enfermo que no confiaba ni en su propia esposa para sucederlo como telón de fondo, fueron las hordas de la Triple A, Alianza Anticomunista Argentina, y el endurecimiento de la legislación represiva. Quedó abierto un enigma político para los argentinos, muy difícil de comprender para todos aquellos que acceden a la política como herramienta transformadora de la realidad. ¿Qué es ser peronista? De Miguel Pichetto a Cristina Fernández, de José López Rega a los fusilados del 56 o los bombardeados del 55, dicen en broma que “peronistas somos todos”. El secreto se lo llevó Perón aquel 1º de julio, aunque dejó algunas pistas.