LA MANO DE MI HIJA

Tengo en mi hombro tatuada la mano de mi hija con una frase: “Ahora sé lo bueno que fue soñarte” y esta frase no es azarosa.
Durante muchos años soñé con formar una familia, una distinta a la mía. Soñaba con poder de una vez por todas, romper con la cadena de mierda de infancias tristes que me trasciende. Soñaba con por fin dar paz…en vez de incertidumbre. Tuve la suerte de conocer a quien elijo todos los días como mi compañero de ruta, y a partir de ahí, el sueño del hijx fue tomando forma hasta hacerse concreto.


Nadie nos enseña a ser padres. Nadie nos avisa lo que se viene. Es una bomba que te explota en las manos…pero con mayor intensidad en el pecho.
Pasas de un día para el otro de ser “yo” a ser “nosotrxs”. Tus prioridades, tan firmes hasta ese momento, se van al carajo y ahora todo ese lugar lo ocupa una sola cosa: tu hijx.
Te das cuenta de que todo lo q te dijeron sobre ser padre o madre es absolutamente relativo. Que hasta ese momento a la palabra amor le faltaba, por lejos, contenido. Que no tenes ni idea de como vas a criarlx, pero sabes una cosa: vas a dar tu vida por el o ella.
Te cambia la rutina y te cambia la fuerza que te impulsa.
Te cambia la vida.
Porque empiezo hablando de mi tatuaje? Porque lo que construimos acá abajo no nació de un día para el otro. Muchxs compañerxs lo soñaron, con la ilusión de romper con la corrupción sindical q se les imponía. Porque fue necesario q se encontraran bajo tierra compañeras y compañeros con el mismo sueño. Porque a partir de la unidad lo hicieron tangible. Porque estoy segura q cuando se dieron cuenta de que un sindicato distinto era posible, también les explotó una bomba en el pecho.
Ese sindicato que hoy tenemos, que muchos vimos crecer pero no nacer; es el hijo de todxs nosotrxs.
El nos cambió las prioridades. Nos sentimos parte y todo. Nos dio el sentimiento que muchxs de nosotrxs pensamos q nunca íbamos a tener por un laburo, por un proyecto colectivo, por nuestros derechos.
Ese sindicato que te altera la rutina, que te cambia prioridades, que te sacude fuerte, que te cambió la vida; no es sólo para nosotrxs.
Es para tus hijxs y mi hija. Es para q otrxs hijxs lo adopten como ejemplo y lo repliquen, en todos los trabajos del país y del mundo. Es para q sus derechos no corran ni el mínimo riesgo de ser atacados. Porque ahora sabemos que es posible. Porque ahora sé lo bueno que fue soñarlo.